En medio del ajetreo de la ciudad de La Habana, se encuentra la Quinta de los Molinos, un tesoro nacional que ha sido transformado en un oasis verde para las familias cubanas y un punto de interés para los visitantes de la capital cubana, que brinda la oportunidad de conectarse directamente con la naturaleza en un entorno tranquilo y acogedor.
El origen del nombre de la Quinta de los Molinos se remonta a la época en que había dos molinos de tabaco que utilizaban la fuerza del agua de la Zanja Real, el primer acueducto de La Habana. Durante el siglo XIX, este lugar fue la residencia de los Capitanes Generales, los gobernadores coloniales de Cuba. Figuras históricas como Miguel Tacón, Leopoldo O’Donnell y Francisco Serrano tuvieron la oportunidad de alojarse en este magnífico lugar.
También fue la residencia del Generalísimo Máximo Gómez, desde 1899 hasta su fallecimiento en 1905. En su casa se conservan objetos personales, documentos y fotografías relacionados con la guerra de independencia, lo que brinda a los visitantes la oportunidad de sumergirse en la historia y la vida de este prócer.
Pero la Quinta de los Molinos no se limita solo a su valor histórico. También alberga el Jardín Botánico de La Habana, que cuenta con una impresionante colección de más de 1500 especies de plantas, incluyendo orquídeas, cactus, palmas y bonsáis. Este jardín botánico es un verdadero oasis de tranquilidad y belleza.
Desde 1987, la Quinta de los Molinos fue declarada Monumento Nacional y forma parte del Patrimonio Cultural de la Nación. Este lugar invita a los visitantes a sumergirse en la historia y la naturaleza de Cuba, promoviendo el conocimiento y la preservación de la identidad cultural y nacional. Recientemente, la institución se convirtió en una mediana empresa estatal perteneciente a la Oficina del Historiador de la Ciudad, con un centenar de trabajadores.
Además de preservar su carácter educativo, la Quinta de los Molinos busca contribuir al desarrollo humano y cultural de la población local, así como promover una cultura ambientalmente responsable y sostenible en las generaciones más jóvenes.
El lugar ofrece una amplia gama de actividades y experiencias para los visitantes, como el primer Mariposario de Cuba, campamentos infantiles, y eventos especiales la Noche Mágica, que atraen especialmente a los jóvenes.
La Quinta se ha comprometido con la inclusión social y la inserción laboral, y cuenta con proyectos destinados a grupos con necesidades educativas especiales y situaciones de vulnerabilidad. Estos proyectos brindan oportunidades de formación y empleo a jóvenes, contribuyendo a su crecimiento personal y al desarrollo de habilidades laborales.
Igualmente, ha asumido un compromiso duradero con la protección del medio ambiente, evidenciado en su participación en el proyecto «La Quinta de los Molinos, hacia un nuevo modelo energético sostenible y cultura verde», que tiene como uno de sus pilares al Centro Demostrativo de Energías Renovables, el primero de su tipo en Cuba, que busca educar y demostrar el potencial de las fuentes de energía renovable.
Con estas iniciativas, la Quinta de los Molinos no solo se posiciona como un lugar histórico y natural, sino también como un actor importante en la promoción de prácticas ambientalmente responsables y la adopción de un modelo energético sostenible. A través de su compromiso con la protección del medio ambiente y la educación ambiental, se convierte en un referente para otras instituciones y comunidades que buscan contribuir al cuidado del planeta y al desarrollo sostenible.
