En opinión de la doctora en ciencias económicas Ileana Díaz Fernández, profesora de la Universidad de La Habana, el proceso de creación de las Micro, Pequeñas y Medianas Empresas (MIPYMES) en el país ha tenido un impacto positivo, ya que han surgido diversas actividades productivas que contribuyen al desarrollo económico. Según datos recientes, el 19,6% de estas empresas se dedican a actividades manufactureras, mientras que el 12% se enfoca en la producción de alimentos y bebidas. Además, las MIPYMES emplean a 225 mil personas, de las cuales 189 mil son nuevos empleos generados.
La también académica del Centro de Estudios de la Economía Cubana dijo en entrevista con Cubadebate que, si bien es cierto que aún existen desafíos por superar en términos de articulación entre los diferentes actores, integración y contribución a la economía, es importante destacar que estas empresas son parte de una economía que se encuentra en crisis. En estas circunstancias, las condiciones son más de supervivencia que de crecimiento para todos los actores, incluida la empresa estatal, la cual debería liderar el desarrollo económico del país.
Díaz Fernández hizo una comparación con el resto de América Latina y de Europa, donde las MIPYMES representan aproximadamente el 98% del total de empresas. Sin embargo, en Cuba, según detalló constituyen alrededor del 50% de las organizaciones productivas (sin contar el trabajo por cuenta propia que emplea hasta 3 trabajadores o los negocios familiares).
Destacó que se espera que todas las formas de gestión no estatal aporten al menos el 13,9% del Producto Interno Bruto (PIB), e incluso podría ser una cifra mayor, según lo planteado en la Asamblea Nacional. No obstante, esto demuestra, en su criterio, que el sector estatal sigue siendo el principal generador de riqueza en la economía cubana, y los medios fundamentales de producción no pueden ser propiedad privada. Por lo tanto, afirmar que se está privatizando la economía es incorrecto.
A juicio de la profesora Ileana Díaz, es relevante comprender que el socialismo no está en conflicto con la economía mixta, es decir, la coexistencia de diferentes formas de propiedad. Es pertinente involucrar a las MIPYMES en la construcción del socialismo, fomentando su articulación con las empresas estatales. Reseñó que los actores no estatales, incluyendo las MIPYMES, contribuyen actualmente a la sostenibilidad económica y social de nuestro modelo socialista, pero es el sector estatal quien debe fortalecerse para liderar este proceso.
En cuanto a los precios elevados en las MIPYMES, la experta contextualizó esta situación: después de la pandemia, el mundo ha experimentado incrementos en los precios de bienes y servicios, lo cual se ha reflejado también en el sector estatal. Además, afirmó que el proceso de ordenamiento monetario ha generado aumentos de precios en el sector estatal, superando incluso lo inicialmente previsto.
A decir de la académica, estos factores también afectan al sector no estatal, pero la falta de un mercado cambiario oficial agudiza aún más la presión inflacionaria. Las MIPYMES se ven obligadas a recurrir al mercado informal, donde las tasas de cambio son altas y conocidas por todos. Adquirir divisas en ese mercado implica establecer precios en moneda nacional (CUP) para sus bienes y servicios, lo cual les permite cerrar el ciclo y volver a comprar divisas.
Otra forma de obtener divisas es a través de la exportación, aunque no todas las MIPYMES producen bienes o servicios exportables, dijo Ileana. Aquellas que lo hacen, reciben ingresos en moneda libremente convertible (MLC), la cual solo tiene capacidad de compra en el ámbito nacional y no se puede utilizar para transacciones internacionales. Nuevamente, el mercado informal se convierte en el medio para obtener las divisas necesarias.
Destacó que las MIPYMES, al igual que todo el sector productivo del país, necesitan divisas, especialmente en las actuales circunstancias donde la oferta de la empresa estatal se encuentra muy limitada.
Por otra parte, explicó que las MIPYMES no son responsables de la inflación. Consideró necesario realizar un análisis profundo y desmitificar este asunto de cara a la población. Es cierto que los precios han aumentado tanto en el sector estatal como en el privado debido al proceso de ordenamiento, los incrementos de precios internacionales y otras distorsiones. Sin embargo, las MIPYMES no son culpables de que los jubilados y la población en general tengan ingresos con un bajo poder adquisitivo.
Por último, la profesora calificó como un error no permitir el crecimiento de la cantidad de MIPYMES, ya que estas representan una oportunidad para diversificar la economía, generar empleo y promover la innovación. En tanto, dijo que necesario fortalecer el marco legal y regulatorio que favorezca su desarrollo, brindando apoyo en términos de acceso al financiamiento, capacitación y asesoramiento técnico.
